El vacío que sentimos no tiene que ver en con “lo perdido” sino con el valor que le atribuimos, con la inversión afectiva.
¿Os acordáis de la Rosa y cómo trataba al Principito?
¿Por qué la amaba entonces?
Sencillamente porque la había cuidado, regado, protegido, por la inversión afectiva, por el valor que él le otorgaba. Realmente la Rosa era común, del montón , narcisa y egoísta.
Las pérdidas y las despedidas en general pueden llevar consigo un proceso de adapatción emocional al que llamamos duelo o luto.
Las fases del duelo:
- Shock emocional
- Negación
- Tristeza
- Rabia
- Aceptación
- Aprendizaje: búsqueda de sentido.
Estas fases suelen seguir dicho orden pero no obligatoriamente pues no son consecutivas.
El periodo de duelo oscila desde un mismo día hasta 1 año, donde se realiza el ciclo completo.
El atravesar este proceso y transitar por sus etapas forma parte de la vida y es lo natural.
Conectar con lo natural, tomar contacto con las emociones de cada etapa y poder expresarlas libremente es saludable y necesario.
Aunque en principio, se trata de un proceso natural y no necesita intervención profesional, en algunas circunstancias, la elaboración y gestión emocional puede hacerse más difícil.
Me gustaría darte un aliento en estas fechas.
Llega un día, en que la naturaleza te vuelve a conectar con el recuerdo sin dolor.
Y hablamos y contamos con alegría vivencias porque estamos preparados para quedarnos con todos esos bonitos recuerdos.
Y si cerramos los ojos, lo que aparece en tu rostro es una sonrisa porque le has dado un sentido.
El dolor es directamente proporcional a todo lo bonito, a tu capacidad de amar.
Al otro lado de la vida… Encontrarás, de nuevo el amor.