Un día que Pepita iba paseando, se encontró con Cristina una amiga de la adolescencia.
De repente, sin saber el motivo, Pepita sintió la necesidad de hablar y de hablar…
– ¿Y te acuerdas de María? Siempre llevaba una camiseta roja. Una vez le dijeron que le sentaba bien y nunca más se cambió de color.
¿Y de Carlos? Que tenía una moto muy vieja y siempre estaba haciendo apaños.
¿Y la jugarreta que me hizo Paula que después de pasarle todos mis apuntes no fue capaz de invitarme a su cumpleaños y sigo preguntándome por qué? Es que me ha hecho muchas…
Pepita no paraba de parlotear y Cristina intentaba cambiar el hilo de la conversación.
-¿Qué tal están tus hijos? Le preguntó Cristina.
Pero Pepita no le hacía caso y seguía criticando a Paula.
De momento, Cristina le dijo:
-¿Te acuerdas de Juanjo?
-Sí. ¿Por qué?
-Falleció hace 15 años.
Pepita se estremeció.
La conversación se calmó y se volvió más amable.
Las dos amigas se despedieron con un gran abrazo.

¿Te ha pasado alguna vez que “de repente” una conversación o situación pega un giro inesperado como si te hubieras perdido algo?
La vida seguía y Pepita, en ocasiones, era como si siguiera habitando en una época que ya sólo existía en su imaginación.
Algo le impedía reposar, registrar e integrar la experiencia para poder continuar construyendo su propia historia.

Lo que más me gusta de mi trabajo es acompañar a otras personas a que descubran el origen de sus dificultades y encuentren la mejor respuesta para su contexto.
Si quieres te puedo ayudar. ¡Estoy aquí para eso!
¿Empezamos?
Escoge tú misma una sesión y te orientaré a dar los primeros pasos con confianza y claridad para ganar salud en tu vida actual.
Un abrazo,
