Cosas sobre mí que a lo mejor no sabes y que quizás te sorprendan.
Si por unos instantes, dejo de pensar y dirijo toda mi atención al cuerpo, notaré cómo están apoyados mis pies descalzos en el suelo…
Giro mi cuello, cabeza y tronco hacia atrás, manteniendo mis caderas, piernas y pies hacia delante. Contemplo el recorrido y mi experiencia me revela que no siempre sentí el suelo firme. A pesar de la inseguridad, algo me susurraba a dar el siguiente paso.
Si giro la cintura y vuelvo a mi posición inicial mirando en esta ocasión hacia delante, respiro y siento que esta segunda etapa de mi vida quiero vivirla de otra manera: sin prisa, consciente y feliz.
Ahora, contemplo mi cuerpo: su movimiento, postura, tensión,… Cómo se refleja en él la memoria. Es impactante darse cuenta que la lucha terminó y que aún a veces, siguen mis puños apretados -sin ser ya necesario-.
Emocionante y revelador descubrir que ese algo en mi interior que me alentaba a dar el siguiente paso y el siguiente, era YO misma.
Por ello, esta segunda parte del camino, elijo ir despacio y sonriente pues me doy cuenta de cómo he llegado hasta Aquí. Confío en mí por encima de cualquier circunstancia.